domingo, 26 de octubre de 2014

COREA DEL NORTE DISPONE DE UN NUEVO SUBMARINO MILITAR, SEGÚN EXPERTOS DE EEUU




Seúl, 20 oct.- Corea del Norte dispone en su costa nororiental de un nuevo submarino de 67 metros de longitud, según imágenes por satélite publicadas hoy por un instituto de investigación de EEUU, lo que puede suponer un paso hacia la modernización de sus fuerzas navales.
El submarino, anclado en el astillero de Sinpo, "posee una longitud de aproximadamente 67 metros y una manga de 6,6 metros", según la página web 38north.org, asociada a la Universidad Johns Hopkins de EEUU, que publicó las fotografías tomadas el pasado 24 de julio.
Los expertos desconocen de momento el origen exacto del nuevo dispositivo, que presenta similitudes con submarinos rusos y de la antigua Yugoslavia.
Los analistas de 38north.org evalúan que "si el diseño es acertado" y comienza a ser producido en serie como submarino de patrulla, la nave será mejor "en rango, autonomía y capacidad de ataque" en comparación a las que actualmente despliegan las fuerzas navales del Ejército Popular de Corea del Norte.
Sin embargo, los expertos del instituto estadounidense reconocen que "es posible que se trate de un modelo experimental fabricado para comprobar ciertos parámetros de diseño y equipamiento", algo que la Marina norcoreana ya ha hecho en el pasado.
En todo caso, aseguran que por su diseño no parece ser el prototipo "de un submarino para lanzar misiles balísticos".
Recientemente, el Ejército surcoreano denunció señales de que Corea del Norte está desarrollando un sistema para lanzar misiles balísticos desde submarinos modificados de la clase Golf (sumergibles soviéticos con capacidad de lanzar este tipo de proyectiles).
El astillero de Sinpo es la mayor fábrica de submarinos de Corea del Norte y a su vez la sede del Instituto de Investigación Marítima de la Academia de las Ciencias de la Defensa Nacional, responsable de la investigación y el desarrollo de buques de guerra y submarinos, así como armamento y misiles navales. EFE

Publicado por Nacho Padró a las 23:48


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El día que se desató la guerra en América Latina



La prensa vivía el drama de una posible guerra | Foto: Archivo El Nacional

El 14 de octubre de 1962, un avión espía U2 fotografió la presencia de cohetes ofensivos soviéticos en Cuba. Comenzaba lo que se conoce como la crisis de los misiles y durante los 13 días siguientes el mundo estuvo a un paso del holocausto nuclear. Esta es la crónica del episodio, de sus causas y de los efectos contraproducentes de su solución


ARMANDO DURÁN26 DE OCTUBRE 2014 - 12:01 AM


A las 2:00 de la madrugada del 17 de agosto de 1961, Richard Goodwin, asesor presidencial de John F. Kennedy, sostuvo una larga conversación confidencial con Ernesto Che Guevara. El encuentro tuvo lugar en el frívolo marco de una fiesta ofrecida en su casa de Montevideo por el embajador Edmundo Barbosa da Silva, representante brasileño ante la Asociación Latinoamericana de Libre Comercio (ALAC). Durante varios días, ambos habían asistido en Punta del Este a una reunión extraordinaria del Consejo Interamericano y Social (CIES) de la OEA, convocada por Estados Unidos con urgencia para que su secretario del Tesoro, Douglas Dillon, le presentara oficialmente a la comunidad latinoamericana los pormenores de la Alianza para el Progreso, desde ese instante polémico de la historia continental, eje central de la nueva política de Washington para la región.

El diálogo o la guerra. A su regreso a Washington, Goodwin le entregó a Kennedy un memorándum con una minuciosa reseña de su entrevista con Guevara, que comenzó con su advertencia al argentino de que él no estaba autorizado a negociar nada con Cuba. “Tampoco yo estoy autorizado a negociar nada”, le respondió Guevara, pero en cambio, le indicó a Goodwin que Cuba estaba empeñada en construir un estado socialista y que esa era una decisión irreversible. Tan irreversible, recalcó, como que Cuba ya no pertenecía a la zona de influencia de Estados Unidos. Reconoció, sin embargo, que su gobierno enfrentaba graves problemas políticos, económicos y financieros, y que ante esa realidad, aunque Cuba no buscaba un entendimiento global con Estados Unidos “porque eso era imposible”, consideraba conveniente para ambas naciones que sus gobiernos trataran de alcanzar “un modus vivendi, al menos, un modus vivendi provisional”. En este sentido, Guevara le planteó, como posibles puntos de partida de esas eventuales negociaciones futuras, lo siguiente:

1. Si bien el gobierno cubano no devolvería las propiedades estadounidenses expropiadas, podría examinar la posibilidad de pagarlas todas, incluyendo centrales azucareros y bancos, con productos cubanos de exportación.
2. Así mismo podría renunciar a establecer alianzas políticas con los gobiernos de Europa oriental, aunque no podría eliminar las simpatías recíprocas existentes entre esos pueblos y el cubano. 
3. Aceptaría la celebración de elecciones libres, como exigía Estados Unidos, pero sólo tras un período de institucionalización revolucionaria, que incluyera el establecimiento de un sistema electoral de un solo partido.
4. Por supuesto, Cuba se comprometía a no atacar la base naval de Guantánamo.
5. Aunque a regañadientes, Cuba podría considerar discutir con Estados Unidos las actividades promovidas por la revolución en otros países.

En su memorándum, Goodwin le sugirió a Kennedy que en vista de esta inesperada moderación de Guevara, la Casa Blanca debía promover una política más matizada con respecto a Cuba, menos “obsesiva”, aunque sin renunciar en ningún momento a la ejecución de “actos de sabotaje en puntos álgidos de plantas industriales cubanas, como las refinerías de petróleo, y a seguir ejerciendo presiones económicas, militares y diplomáticas sobre el gobierno revolucionario, así como no dejar de patrocinar la puesta a punto de campañas de propaganda y desinformación”. Terminaba Goodwin recomendándole a Kennedy mantener abierto un diálogo “subterráneo” con altos funcionarios cubanos. Kennedy descartó las recomendaciones conciliadoras de Goodwin, entre otras razones, porque la humillación sufrida en Bahía de Cochinos era todavía una carga demasiado pesada en la conciencia colectiva de Washington para pasarla por alto y Kennedy prefirió limitarse a seguir promoviendo acciones encubiertas y de alcances prácticos muy limitados contra el gobierno cubano, enmarcadas ahora en lo que se llamó Operación Mongoose.

La Operación Mongoose.Este nuevo proyecto comenzó a tomar cuerpo en septiembre de 1961, durante una reunión que se celebró en Washington, a la que asistieron los hermanos Kennedy, el secretario de Defensa, Robert McNamara, y el general Edward Lansdale, a quien el Presidente había decidido encargarle la tarea de buscarle una solución definitiva al “problema cubano”, en aquel momento, la primera y más urgente prioridad de la Casa Blanca. Al final del encuentro, el grupo estimó que era perfectamente posible derrocar a Castro y acordó que la industria azucarera cubana constituiría el primer objetivo de las acciones de sabotaje a emprender y que tanto dentro como fuera de Cuba debían iniciarse de inmediato actividades perturbadoras del orden político y económico, al menos para mantener a Castro ocupado en los asuntos internos de la isla, sin tiempo para meter las narices en otros puntos del continente. 

El 20 de febrero de 1962, Landsdale, oficial de infantería con destacada participación en la lucha contra la guerrilla comunista en Filipinas durante los años cincuenta, le presentó a la Casa Blanca un minucioso cronograma cuya meta era sustituir a Castro por un gobierno amigo de Estados Unidos antes de fin de año. Preámbulo de la operación, que debía comenzar sus actividades clandestinas en marzo, el Consejo Permanente de la OEA convocó la VIII Consulta de Ministros de Relaciones Exteriores, que se celebró en Punta del Este entre el 22 y el 31 de enero de 1962. La resolución que se aprobó señalaba, primero, que la adhesión de cualquier país miembro de la organización “al marxismo-leninismo es incompatible con el sistema interamericano y quebranta la unidad y solidaridad del hemisferio.” Segundo, que el Gobierno de Cuba “se ha identificado oficialmente como un Gobierno marxista leninista”. En consecuencia, los países miembros de la OEA, por 14 votos a favor, uno en contra (Cuba) y 6 abstenciones (Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Ecuador y México), decidieron excluir “al actual Gobierno de Cuba de participar en el Sistema Interamericano” 

La reacción de Cuba no se hizo esperar. El 2 de febrero, ante una inmensa multitud reunida en la Plaza de la Revolución, Castro leyó la llamada Segunda Declaración de la Habana, calificada por los medios cubanos, todos oficiales, como una reafirmación de principios revolucionarios y antiimperialistas. En realidad, una proclama sobre la vocación latinoamericanista de la Revolución Cubana, en función de la cual Castro convoca a los pueblos larinoamericanos a desatar una segunda guerra de independencia, ahora contra Estados Unidos y sus aliados en la región. 
Tambores de guerra. Sin embargo, los avances de la Operación Mongoose durante los meses siguientes estuvieron muy lejos de desencadenar los hechos que Washington había calculado, de modo que Lansdale, profundamente desanimado, en memorándum del 25 de julio de 1962, reconoció que, de los objetivos previstos en los planes de la operación, Washington sólo podía contabilizar éxitos muy parciales en las áreas diplomática y de inteligencia. Una señal clara de que al gobierno de Estados Unidos “se le acaba el tiempo para actuar…”. 

Con esas palabras, Lansdale decretó en realidad la muerte de la operación Mangoose, pero el gobierno cubano tenía la convicción de que tras la negativa de Kennedy a entablar un diálogo bilateral, el inicio de la operación Mangoose ponía en evidencia que Kennedy se disponía a lanzar un ataque frontal contra la isla en cualquier momento. En vista de ello, Castro aceleró sus planes conjuntos de cooperación estratégica con la URSS para enfrentar el peligro de una invasión directa de las fuerzas militares de Estados Unidos. Dos meses más tarde, Moscú ya había desplegado en Cuba más de 40 mil hombres, 750 piezas de artillería de campaña, 400 baterías antiaéreas convencionales, 200 tanques y 150 aviones de combate. Un arsenal, todavía defensivo, pero cuya acumulación disparó en Washington todas las alarmas. 

Lawrence Chang y Peter Kornbluh, en la introducción a su indispensable libro sobre la crisis de los cohetes (Cuban Missile Crisis, New York, 1998) sostienen que los documentos secretos norteamericanos desclasificados ponían de manifiesto que la instalación de misiles ofensivos soviéticos con ojivas nucleares en Cuba, más que un episodio aislado de la Guerra Fría, debía ser percibida como la culminación de un proceso de deterioro progresivo en las relaciones de Estados Unidos con la Unión Soviética, y de Estados Unidos con Cuba. “Más aún”, advierten, “la crisis no puede ser entendida de acuerdo con la interpretación que hace Robert Kennedy en sus memorias sobre aquellos 13 días de octubre, como si todo hubiera comenzado puntualmente con el descubrimiento de misiles nucleares soviéticos en Cuba el 14 de octubre…”.

Por otra parte, la documentación sobre la Operación Mongoose demuestra que la amenaza norteamericana de invadir Cuba era más real en 1962 que antes de la invasión de Bahía de Cochinos. El propio Robert McNamara, de visita en La Habana como invitado a la conferencia convocada por Castro para que los principales protagonistas soviéticos, estadounidenses y cubanos de aquella crisis la analizaran con objetividad, declaró a la prensa internacional que cubría el evento que en octubre de 1962 resultaba lógico pensar que los preparativos de una invasión norteamericana a Cuba estaban en una etapa muy avanzada. “Bahía de Cochinos no interrumpió las actividades encubiertas de Estados Unidos contra el régimen cubano, sino todo lo contrario”, sostuvo.

La defensa ofensiva de Cuba. El propósito soviético era utilizar el territorio cubano como plataforma de lanzamientos de cohetes nucleares capaces de llegar a Washington o New York en apenas 5 minutos, mecanismo que el Kremlin consideraba proporcional al despliegue de cohetes Júpiter en Turquía, y como fuerza suficiente para disuadir a Estados Unidos de invadir Cuba. Y así, en julio-agosto de 1962, los primeros aviones de combate enviados por Moscú el año anterior, los MiG-15, habían sido reemplazados por aparatos MiG-19, mucho más modernos, y ahora comenzaban a llegar a la isla escuadrones de caza-bombarderos supersónicos MiG-21. Esta nueva fuerza aérea cubana constituía el primer fruto del acuerdo militar Cuba-URSS, firmado en Moscú el 3 de julio por Raúl Castro, primer paso para poner en marcha la llamada operación Anadyr, y la instalación en Cuba de cohetes defensivos antiaéreos SA-2, misiles cruceros y 42 cohetes de naturaleza ofensiva, los R-12, de alcance medio (1.600 kilómetros), y los R-14, de alcance intermedio (4.000 kilómetros), todos ellos armados con ojivas nucleares. El resto del armamento nuclear, de cuya existencia Estados Unidos no se enteraría hasta después de haber estallado la crisis, incluía bombarderos ligeros Ilyushin-28, tan obsoletos como los Mig15, pero aún capaces de arrojar sobre territorio norteamericano su carga de bombas atómicas de 12 kilotones. Para el 22 de octubre, al anunciar Kennedy el bloqueo naval de la isla, 20 MiG-21, muy superiores a sus equivalentes estadounidenses, y sus correspondientes tripulaciones soviéticas, ya custodiaban los cielos cubanos.

Según Castro, “el traslado marítimo y aéreo secreto desde la URSS de las tropas y medios bélicos y su dislocación en el territorio nacional cubano se realiza en 76 días. En octubre de 1962, unos 43 mil soldados soviéticos se encuentran en Cuba, equipados con armamento y medios de combate de última generación, y en capacidad de lanzar sobre el territorio de Estados Unidos una carga nuclear de 67.5 megatones, equivalentes a 5.198 bombas como la de Hiroshima”.

Cronología de la crisis. El 11 de septiembre de 1962, el ministro de Relaciones Exteriores de la URSS, Andrei Gromyko, al dirigirse a la Asamblea General de la ONU, advirtió que un ataque militar de Estados Unidos a Cuba podría desencadenar una guerra nuclear entre las dos superpotencias, primera advertencia formal del Kremlin de que la crisis cubana acarreaba peligros inauditos para la paz mundial. Cuatro semanas más tarde, el 9 de octubre, Kennedy ordenó realizar vuelos de reconocimiento de aviones espías U-2 sobre territorio cubano. El día 14, uno de ellos obtuvo fotografías de lo que evidentemente eran componentes de cohetes soviéticos de alcance medio y de sus correspondientes lanzaderas. Al día siguiente, se le informó a Kennedy del hallazgo.

A partir de ese momento la crisis se desarrolló a velocidad vertiginosa. El 17 de octubre, el Pentágono le hizo saber a Kennedy que se imponía un ataque fulminante a las instalaciones misilísticas soviéticas en Cuba. Un día después, Kennedy recibió en la Casa Blanca al canciller Gromyko, quien reiteró, sin el menor titubeo, que la ayuda militar soviética a Cuba era de carácter exclusivamente defensivo y no contemplaba en absoluto el traslado a la isla de armamento de carácter ofensivo. El 20 de octubre, Kennedy, indignado por esta mentira flagrante, ordenó organizar cuanto antes la cuarentena defensiva, propuesta por Robert McNamara como respuesta intermedia a la presión del Pentágono para emprender acciones militares inmediatas y los argumentos diplomáticos que sostenían los miembros más moderados del grupo. Dos días después, pronunció su famoso discurso por televisión anunciando la instalación de cohetes ofensivos soviéticos en Cuba, su exigencia a la URSS de retirarlos inmediatamente y el comienzo de la cuarentena para impedir que continuasen llegando a la isla medios estratégicos soviéticos. El 26, por intermedio de John Scali, periodista de la cadena de televisión ABC, el jefe de la estación de la KGB en Washington, Aleksandr Fomin, le hizo llegar a Kennedy un mensaje de Jrushchov, quien notificaba su disposición a retirar de Cuba los cohetes ofensivos a cambio de la promesa pública y formal del Gobierno de Estados Unidos de no invadir Cuba ni ayudar a que otros lo hicieran.

La alegría duró poco en la Casa Blanca. Al día siguiente se recibió un segundo correo de Jrushchov, añadiendo una nueva exigencia. Estados Unidos tendría que desmantelar a su vez las instalaciones de cohetes Júpiter en Turquía. Ante este segundo mensaje, el Pentágono le reiteró a Kennedy que ante este desafío soviético, la única reacción aceptable era el bombardeo inmediato a las bases misilísticas y la invasión de Cuba. Kennedy rechazó la propuesta y esa noche el embajador Dobrynin y Robert Kennedy volvieron a reunirse y llegaron al acuerdo de que Estados Unidos también retiraría los cohetes Júpiter de Turquía, aunque lo haría varios meses después para no vincular esta decisión al acuerdo Jrushchov-Kennedy. En cuanto al segundo correo de Jrushchv, Dobrynin y Robert Kennedy asumieron el compromiso de hacer como si el segundo correo de Jrushchov jamás hubiera llegado a la Casa Blanca.

El domingo 28 de octubre Jrushchov le respondió a Kennedy, no por escrito sino por Radio Moscú. La URSS había decidido retirar sus cohetes de Cuba a cambio de la garantía de que Estados Unidos no invadiría Cuba ni ayudaría a otros a hacerlo, y nada dijo de los cohetes Júpiter. 
El precio de la paz mundial. Jrushchov no informó en ningún momento a Castro de los términos de la negociación en marcha. Alarmado por este hecho, Castro le había escrito a Jrushchov el 26 de octubre para informarle que los informes de la inteligencia cubana revelaban que Estados Unidos se disponía a atacar a Cuba en un plazo de entre 24 y 72 horas, en vista de lo cual a la URSS no le quedaba más remedio que salirle al paso al “peligro de esa agresión imperialista… mediante un acto de legítima defensa, por duro y terrible que sea.”

¿Lanzar un ataque un ataque nuclear preventivo contra Estados Unidos? Nada estaba más lejos de los cálculos del Kremlin, pero era evidente que Castro aspiraba a escalar el conflicto, al margen de las negociaciones para solucionarlo por vía diplomática, de modo que al responderle al líder cubano ese mismo día, Jrushchov le indica a Castro que está a punto de obtener garantías de que Estados Unidos nunca intervendría directa o indirectamente en la isla, y exhortaba a su impaciente aliado caribeño no dejarse llevar por las emociones y demostrar firmeza y “más firmeza.”

Castro dejó de oponerse a la retirada de los cohetes ofensivos, porque en definitiva eran propiedad de la URSS, admitió personalmente por radio y televisión, pero se negó rotundamente a que también se llevaran los bombarderos Il-28 y los misiles crucero, con el argumento de que según el acuerdo estratégico Cuba-URSS, Moscú le había cedido ese armamento a Cuba. En segundo lugar, Castro rechazó de manera muy categórica que un grupo de inspectores de la ONU, tal como habían acordado Kennedy y Jrushchov a espaldas suyas, supervisaran sobre el terreno la retirada de los cohetes. “Quienes vengan a Cuba a inspeccionar”, fue su famosa y destemplada respuesta al entonces secretario de Naciones Unidas, el birmano U Thant, “que venga en zafarrancho de combate”. Al final, la inspección tuvo que realizarse en alta mar, donde los navíos de guerra de Estados Unidos pudieron comprobar que a bordo de buques mercantes, debidamente desarmados y embalados, iban de regreso a la URSS los 42 misiles estratégicos soviéticos.


A todas luces, la postura de Castro en favor de conservar los medios que él consideraba que le pertenecían a Cuba, impidió que ese día la crisis llegara a su fin. Mucho menos cuando Kennedy le comunicó a Jrushchov que no bastaba retirar los cohetes de alcance mediano e intermedio para superar la crisis, y exigía que los bombarderos Il-28, sus bombas atómicas y los misiles tácticos con cabezas nucleares también fueran embarcados rumbo a la URSS. Sólo así Estados Unidos mantendría su compromiso de no invadir Cuba. En caso contrario, Washington se sentiría en libertad de emprender acciones militares directas para destruirlos en suelo cubano. 


Ante la gravedad de la situación, el 2 de noviembre, Anastas Mikoyán, vice primer ministro soviético, aterrizó en La Habana. Su misión consistía en persuadir a Castro de aceptar las exigencias finales de Washington. Fueron días difíciles, pero ni la rabia de la dirigencia cubana, ni siquiera la muerte de su esposa en Moscú, a cuyos funerales no pudo asistir, hizo desistir a Mikoyán de su esfuerzo. Sergo Mikoyán, que le sirvió a su padre de secretario durante aquellos días, y la investigadora Svetlana Savranskaye, reconstruyeron su misión en La Habana en un libro revelador, The Soviet Cuban Missile: Castro, Mikoyan, Kennedy, Kruschchev and the Missiles of November , que concluyó con el acuerdo cubano-soviético de retirar 80 misiles tipo crucero con cargas nucleares y los obsoletos bombarderos Il-28 y sus bombas atómicas de 12 kilotones. 


Sin duda, Jrushchov pagó un altísimo precio político por ceder públicamente a la presión norteamericana. Una derrota inocultable. Por su parte, Washington podía jactarse de haber impedido que Cuba, a sólo 90 millas de la Florida, se convirtiera en una plataforma de lanzamiento de misiles nucleares soviéticos, pero a cambio se vio obligado a retirar los cohetes nucleares Júpiter instalados cerca de la frontera turco-soviética y, sobre todo, a garantizarle al Gobierno cubano que jamás intentaría actuar militarmente contra Cuba ni propiciar una invasión a la isla. Mírese como se mire, otra derrota política de la Casa Blanca. 


En cuanto a Cuba, más allá de la humillación que significó ser tratada por la URSS como un obediente satélite, lo cierto es que la crisis borró de su horizonte la amenaza latente de una acción militar estadounidense y pudo Castro, tanto consolidar su revolución internamente, como entregarse de lleno, y ahora sin correr el peligro de una represalia estadounidense, al objetivo de hacer realidad la tesis guevarista de llevar la lucha armada a todos los rincones de América Latina. Ese día, en efecto, se eliminó la amenaza de un holocausto nuclear, pero la paz mundial significó también el inició entonces una guerra revolucionaria sin fin en la región y comenzó la decadencia progresiva del poderío hegemónico de Estados Unidos al sur del río Grande. Un estado de turbulencia que no ha cesado de agudizarse y que ahora, ya en pleno siglo XXI, con el impulso político y la ayuda financiera de la revolución “bolivariana” de Hugo Chávez, ha terminado por modificar substancialmente la naturaleza del proceso político latinoamericano y de las relaciones de la región con Washington.


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Hamás prueba sus misiles por octava vez desde guerra de Gaza




La organización terrorista islámica palestina Hamás, que controla con puño de hierro la Franja de Gaza, ha realizado otra prueba de misiles, lanzando un proyectil sobre el Mar Mediterréaneo.

Un ciudadano israelí confirmó haber avistado uno de los lanzamientos cerca de la frontera con Gaza.

El ensayo consistió en el lanzamiento de dos cohetes desde lo que fue el asentamiento de Gush Katif en la Franja de Gaza. El primer cohete cayó cerca, cambio el segundo explotó en el Mar Mediterráneo.

Se trata de la octava vez que se lleva a cabo este tipo de experimentos desde el cese

del fuego que dio por finalizado la Operación Margen Protector. Esta es la tercera vez en cuatro días.



Según los observadores, la organización terrorista palestina está probando la capacidad letal de sus arsenales.

Las fuentes, que reportaron el incidente a la Radio del Ejército (Galei Tzáhal), señalaron con preocupación el hecho de que “estos experimentos se están llevando a cabo últimamente con un promedio de una vez por semana”.

Mientras tanto, el ministro del Interior de Egipto, Samih Bashadi, manifestó que fuerzas palestinas han estado involucradas en el atentado con explosivos perpetrados, en el norte de la península del Sinaí, en el que fueron asesinados 21 soldados egipcios.

http://www.aurora-israel.co.il/

Estado Islámico bombardea con gas de cloro una zona residencial de Anbar, según el Ejército


MADRID, 26 Oct. (EUROPA PRESS) -

Milicianos del Estado Islámico han disparado al menos siete proyectiles de gas de cloro contra una zona residencial de la provincia de Anbar, en el noroeste de Irak, según ha informado el Ejército iraquí.

"Los milicianos del Estado Islámico han disparado siete proyectiles llenos de gas de cloro contra un barrio residencial de Anbar", ha afirmado un oficial del Ejército, Shaaban Obaidi, en declaraciones a la agencia de noticias iraní Jabar News.

Sin embargo, el ataque no ha causado víctimas porque los residentes habían abandonado previamente la zona y además algunos proyectiles no llegaron a detonar.

Por otra parte, el Ejército ha informado de la muerte de doce milicianos en la ciudad de Ramadi, también en la provincia de Anbar, durante enfrentamientos registrados este domingo, según recoge la agencia de noticias estatal iraquí, NINA.

La agencia informa de varios ataques del Ejército contra las milicias yihadistas en Anbar en los que han contado con el apoyo de paramilitares del movimiento Despertar Suní.

La última unidad de marines de EEUU da por terminada su misión en Afganistán

Foto: OMAR SOBHANI / REUTERS 


CAMPAMENTO LEATHERNECK, 26 Oct. (Reuters/EP) -

La última unidad de marines de Estados Unidos ha dado por terminada este domingo su misión en Afganistán con el inicio de la operación para abandonar la inmensa base militar de Campamento Leatherneck en la provincia de Helmand, en el sur del país.

Los marines de la Brigada Expedicionaria de Marines-Afganistán no han sido los únicos en iniciar la mudanza: en la adyacente base militar de Campamento Bastión también ha concluido la misión del último contingente militar británico en la provincia, de cuya seguridad se ocupará ahora la división 215 del Ejército de Afganistán.

Se cumple así el calendario de retirada de tropas estipulado por el acuerdo de seguridad bilateral alcanzado con el nuevo Gobierno afgano del presidente Ashraf Ghani, un difícil y conflictivo proceso que deja la seguridad del país en manos del Ejército de Afganistán, y que ha supuesto un terremoto en la política afgana, forzando la salida del poder del ex presidente Hamid Karzai y culminando con unas largas y polémicas elecciones presidenciales.


Queda por ver ahora si el Ejército afgano es capaz de exhibir el mismo rendimiento que las tropas internacionales ante la insurgencia talibán 13 años después del derrocamiento del régimen islamista, y en particular en una provincia particularmente cruenta donde se recoge el 90 por ciento del opio que los talibán emplean para financiarse.

"Me siento cuidadosamente optimista cuando digo que serán capaces de arreglárselas solos", ha declarado el comandante del Mando Regional Suroeste del Ejército de EEUU, el general Daniel Yoo, sobre la capacidad del Ejército y de la Policía de Afganistán. "Pero eso sí: tienen que desearlo más que nosotros", ha advertido.


Los afganos ya no dispondrán ni del apoyo aéreo de los aliados ni de las fuentes de los servicios de inteligencia, pero un aspecto alentador para EEUU reside en que las fuerzas de seguridad nacionales parecen haber aguantado bastante bien la última ofensiva veraniega de los talibán en la provincia, escenario clave de una guerra que en su momento álgido llegó a contar con 140.000 soldados internacionales, número que ahora se reducirá a 12.500; la mayoría asesores y entrenadores.


"Ahora todo está vacío... es raro ver cómo se desmantela todo", ha declarado el capitán Ryan Steenberge, uno de los últimos soldados de EEUU que abandonará el país tras más de una década de operaciones, mientras contemplaba lo que es ahora una especie de ciudad fantasma.

"Cuando llegué aquí, estaba lleno de gente. Servicios por todas partes, ahora ya no queda nada", concluyó.

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USS Nimitz se está preparando para el primer aterrizaje de un F-35C


F-35C con el USS Nimitz en el fondo. (Impresión artística: alphacoders.com)

El portaaviones USS Nimitz se está preparando para el primer aterrizaje de un F-35C próximo mes.

El próximo mes el Nimitz será la sede del primer aterrizaje de un F-35C en un portaaviones.

Una versión de despegue corto y aterrizaje vertical F-35B Infantería de Marina, hizo aterrizajes exitosos en un barco en el mar, pero la versión de la marina de guerra de la F-35C diseñado para aterrizar en portaaviones, aún no realizó pruebas mar, en parte debido a problemas con el gancho de cola.

La prueba tendrá lugar el Nimitz de aterrizaje después de la finalización del actual año fiscal que comenzó el lunes (13) e incluye cruceros y destructores y cuatro barcos canadienses y un barco japonés.

El Nimitz de regresar de un despliegue de aproximadamente 10 meses en diciembre de 2013 y está programado para ir a dique seco en enero.
FUENTE: Estrellas y rayas - Traducción y edición: CAVOK


http://www.cavok.com.br/blog/?p=80116&utm_source=feedburner&utm_medium=email&utm_campaign=Feed%3A+Cavokbr+%28CavokBlog+-+Not%C3%ADcias+de+Avia%C3%A7%C3%A3o%2C+Tecnologia+e+Fotografia%29

WZ-10 Helicopters Pictures







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J-31 se están preparando para participar en Zhuhai Air Show 2014









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FOTOS: aviones espía de la Guerra Fría - algunos de los aviones espía más interesantes de la historia!

Publicado el 25/10/2014 por  en Historia , 

Lockheed SR-71 Blackbird pusando em Dulles / Washington, DC

En este artículo, vamos a recordar, en imágenes, algunos de los aviones más increíble jamás construido, y que fueron empleadas en misiones de reconocimiento y espionaje aéreo.



Convair B-36 / RB-36D Pacificador


El "pacificador" B-36 era un bombardero estratégico más grande jamás construido en el mundo. Con capacidad para transportar 39 toneladas de armas, el B-36 superaría mayor tipo de aeronave, incluso de hoy. Irónicamente llamado "Pacificador", durante la segunda mitad de los años 40, el B-36 era el símbolo de la capacidad militar estadounidense para tomar el holocausto nuclear en cualquier punto del planeta.El RB-36D (arriba), sin embargo, era una versión de reconocimiento dedicado. El avión estaba equipado con 23 cámaras y un pequeño cuarto oscuro donde los técnicos mostraron películas en vuelo, una hazaña sin precedentes considerado en el momento.



North American B-45 RB-45C Tornado


El RB-45C fue la versión de espionaje de la B-45, el primer bombardero jet de American. Equipado con 12 cámaras en los mediados de los años 50, el avión fue ampliamente utilizado en misiones de espionaje en Corea del Norte y también en Europa del Este.



Lockheed U-2


Considerada una leyenda aún hoy en día, ningún avión se convertiría en el símbolo de reconocimiento aéreo y Espionaje forma más emblemático de la T-2.



Lockheed SR-71 Blackbird


Considerado por muchos como una verdadera obra maestra de la tecnología, el SR-71 es simplemente el avión más rápido jamás. El famoso diseñador "Kelly" Johnson es el nombre detrás de muchos de los conceptos avanzados de la aerodinámica de la aeronave. El fuselaje estaba construido de aleación de titanio, lo que le permitió soportar altas temperaturas, alrededor de 200 ° a 300 ° Celsius, causados ​​por la fricción con el aire debido a la alta velocidad alcanzada.

Conocido como Blackbird, el SR-71 podría alcanzar Mach 3,2 increíble (4.300 kmh) a una altitud de 85.000 pies (26.000 m) en un rango de 3.200 millas náuticas (5800 kilómetros) sin repostar.



Mikoyan-Gurevich MiG-25R (Yay-155R)


El Foxbat, ya que llegó a ser conocido en Occidente, es un interceptor supersónico de reconocimiento y que fue uno de los aviones militares más rápida de entrar en la aeronave de servicio. Diseñado en la Unión Soviética por el Mikoyan-Gurevich, el primer prototipo hizo su primer vuelo en 1964, entrando en servicio sólo en el año 1970. Tiene una velocidad máxima de Mach 2.85+ (alcanzando hasta Mach 3.2, pero con el riesgo de un daño significativo a los motores) . Por encima, es uno de los dos prototipos de reconocimiento, que en ese momento fue designado Ye-155R.



Yakovlev Yak-28R


Con líneas futuristas, el Yak-28 surgió a finales de los años 50 y ha sido, efectivamente, el primer caza soviético diseñado para ser multifuncional. Su versión de reconocimiento (en la foto), Yak-28R era el único en participar en una guerra, volando misiones de reconocimiento en enfrentamientos fronterizos con China a principios de 1970, y en Afganistán en los años 80.



Sukhoi Su-24MR


El reconocimiento táctico Fencer-E dedicada a la renombrada Soviética caza-bombardero Su-24 versión. El avión, que fue producido desde 1983 hasta 1993, no tiene un sistema de armas de fuego o de radar y toda la instrumentación a bordo de la aeronave está pensado para reconocimiento fotográfico.



Avro Vulcan B.2 (MRR)


El Vulcan fue un bombardero estratégico con capacidad nuclear operada por la RAF entre 1956 y 1984. A mediados de los años 70, nueve aviones fueron modificados y adaptados para ser utilizados para el radar de reconocimiento marítimo, redesignado como B.2 (MRR ).



Myasishchev M-17 / M-55 Geophysica


Inicialmente conocido como M-17, M-55 del proyecto tuvo su inicio en 1978, cuando los ingenieros soviéticos que buscan una manera de interceptar tripulados globos de reconocimiento estadounidenses (ver Proyecto Genetrix). El primer vuelo de la aeronave tuvo lugar el 26 de mayo de 1982, por lo que el exsitencia americanos / OTAN la conocía, estaba claro que los soviéticos estaban desarrollando su equivalente a la T-2. Designado en Occidente como Mystic-A / B, este avión tiene una serie de récords mundiales, el más famoso de haber sido golpeado el 28 de marzo de 1990, una misión encabezada por el piloto Vladimir Arkhipenko donde la aeronave llegó a 21.830 m (71.621 pies) . El Myasishchev M-17 / M-55 alcanzó un total de 12 récords mundiales de la Federación Aeronáutica Internacional, de los cuales cinco se mantienen hoy en día, para los aviones en el rango de peso de entre 16 y 20 toneladas.

Con el colapso de la URSS, el desarrollo de la aeronave sufrió daños. Se sabe que Rusia actualmente despliega cinco aeronaves del mismo tipo, básicamente en la investigación atmosférica (al menos esa es la versión oficial).



Tupolev Tu-22 Blinder-C


El Blinder fue el primer bombardero supersónico para entrar en producción en la URSS y entró en servicio en el 60 Producido en cantidades pequeñas en comparación con otros aviones soviéticos, el Tu-22 decepcionado en la categoría de "alcance intercontinental", para lo cual había sido diseñado. Hay muchos ejemplos de la aeronave fueron modificados para el Blinder-C, estándar empleadas en misiones de reconocimiento marítimo.



Tupolev Tu-16R Tejón-E


El Tejón vio acción en varias ocasiones durante su larga carrera: en Afganistán, con los soviéticos; contra Israel, con Egipto y en contra de Irán, con los iraquíes. En la foto de arriba, la versión de este famoso bombardero de reconocimiento marítimo.



Boeing RC-135 Rivet Joint



Se utiliza para diversas funciones para apoyar el campo de batalla incluyendo el reconocimiento, inteligencia y espionaje, derivado del Boeing 707, desde que se introdujeron en servicio activo en 1967, este avión participó en prácticamente todas las acciones militares de Estados Unidos desde entonces. Los británicos fueron capaces de compartir muchas de la valiosa información recopilada por estos aviones durante la guerra fría y los conflictos regionales posteriores que estuvieron involucrados.





AWACS - Vigilantes del Cielo!


Puede detectar amenazas a cientos de kilómetros de distancia, y observar mucho más allá del teatro, estos aviones consisten en herramientas esenciales para la vigilancia aérea electrónica.

Lockheed EC-121 Warning estrella


Construido sobre la plataforma de la Lockheed Super Constellation, la Estrella Advertencia era un avión de alerta temprana aerotransportada (AWACS) y señales de inteligencia (SIGINT) y fue el principal vector de este tipo de tarea antes de la aparición del Boeing E-3 Sentry.

El avión entró en servicio en 1954 y fue utilizado tanto por la USAF, como la Marina de los Estados Unidos, donde permaneció activo hasta 1982. Su pico se produjo durante la guerra de Vietnam, donde fue empleado vetorando combatientes norteamericanos a los aviones enemigos.



Boeing E-3 Sentry


Ciertamente, ningún otro avión mejor simboliza la capacidad de inteligencia y vigilancia de los Estados Unidos y sus aliados de que el Boeing E-3 Sentry. Ganador anunciado en 1972 un concurso lanzado hace siete años para un avión aerotransportado de alerta temprana y control con capacidades superiores a la entonces empleado de Lockheed EC-121 Warning Star, la primera variante del Sentry, E-3A entró en servicio con la USAF marzo 1977 y desde entonces se ha convertido en un espectáculo constante en los diversos conflictos en los que / las tropas aliadas han participado los Estados Unidos.



BAe Nimrod


La mejor oferta de vuelo de seguimiento en los años 80, en el apogeo de la Guerra Fría, fue la British Aerospace Nimrod AEW.3 RAF, que reunió a todos los avances tecnológicos de las últimas décadas en una sola versión. En lugar de la antena dentro de la estructura circular de nuevo, aviones británicos con dos antenas, la cola y la nariz, cada uno capaz de seguimiento de 180 °.



Tupolev Tu-126 de Moss


El Tu-126, conocido en la OTAN como Moss, entró en servicio en 1967. Construido sobre la plataforma del Tu-114 (que era una variante civil del famoso soviético Tu-95 Oso bombardero), aunque no es tan sofisticado como los AWACS Los occidentales, que era muy útil a la URSS, y fue reemplazado en 1984 por el Mainstay Beriev A-50.



Beriev A-50 Mainstay


El avión entró en servicio en 1984 y se desarrolló en la plataforma de la Ilyushin Il-76, A-50 Mainstay es el equivalente ruso del Boeing E-3 Sentry de Estados Unidos.



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