jueves, 28 de julio de 2016

Ejército sirio toma distrito de Bani Zaid, en Alepo, en un ataque nocturno








Menos de un día del fracaso del ataque de los grupos terroristas contra el barrio de Sheij Maqsud, poblado por kurdos, en la ciudad de Alepo y de la toma por parte del Ejército sirio de la totalidad del distrito de Al Lairamun, los militares sirios han lanzado una gran ofensiva para tomar el distrito estratégico de Bani Zaid, que había servido como plataforma para los ataques con cohetes y morteros por parte de los grupos terroristas contra otros barrios de la ciudad.

El ataque fue lanzado por sorpresa durante la noche desde Al Lairamun y Sheij Maqsud por parte del Ejército y la milicia kurda de las YPG. Los kurdos han planteado una fuerte resistencia ante los ataques de los grupos armados en Alepo y éstos se han vengado bombardeando Sheij Maqsud con morteros y cohetes y lanzando incluso un ataque químico contra el mismo.

El ataque sorpresa logró capturar la mayor parte del distrito. Los militantes que continúan atrincherados en algunas áreas han pedido al Ejército que les permita salir del área sin más lucha. La humillante derrota tendrá un gran impacto en toda la batalla de Alepo porque Bani Zaid era el distrito más fortificado de Alepo en poder de los terroristas y el primero en caer en sus manos en 2012.

Esta toma hace ya imposible para los militantes del Yaish al Fatah (El Ejército de la Conquista), dominado por el Frente al Nusra, romper el asedio impuesto sobre sus barrios en la ciudad de Alepo. Esto tiene lugar además en un momento en el que el grupo Ahrar al Sham se está movilizando junto con otras facciones para atacar al Yund al Aqsa en Idleb y en las planicies de Gaid. Yund al Aqsa ha lanzado ya una ofensiva contra las posiciones de Ahrar al Sham en la provincia de Idleb. Esta guerra intestina provocará más bajas y destrucción de equipos de los grupos militantes.

Otro factor que se está notando en el campo de batalla es el abandono de los grupos armados por parte de Turquía en un momento en el que el presidente Recep Tayyip Erdogan está profundamente inmerso en la crisis política generada por el fallido golpe de estado y en que se dispone a visitar Moscú. No cabe duda de que Rusia e Irán condicionarán cualquier avance en la mejora de relaciones con Turquía al abandono de los grupos terroristas por parte de Erdogan. Y este último, con una batalla diplomática abierta con EEUU y la UE, no tendrá más remedio que aceptar.
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