viernes, 22 de julio de 2016

Reino Unido le mete prisa a EEUU para que termine de una vez el caza F-35

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A Londres se le empieza a agotar la paciencia con uno de sus principales proveedores de material militar: Estados Unidos. Se suponía que las Islas Británicas iban a ser uno de los principales destinos del cazabombardero F-35, el más avanzado de la historia, pero el penoso ritmo de desarrollo ha hecho que en el orden de batalla de Reino Unido estén empezando a aparecer agujeros.

"Necesitamos sacar adelante esta compra en particular. Somos nosotros quienes precisamente más necesitamos este avión", explicaba esta semana el secretario (ministro) de Defensa británico, Michael Fallon.

Y es que este avión, que además de ser ultramoderno y ultrainvisible al radar, es capaz de despegar y aterrizar verticalmente, es la pieza clave para los dos nuevos portaaviones de Reino Unido. Los costosos navíos fueron diseñados y han sido construidos con la idea de usar en ellos el F-35, y ningún otro caza ("sistema" en la jerga de la industria aeroespacial) podría adaptarse ahora a ellos.

Fallon recuerda, con hastío, que su país mantiene firme su compromiso de hacerse con 138 unidades del modelo B del F-35. Se trata de toda una declaración de intenciones no sólo por el coste de cada aparato (más de 100 millones de dólares por aparato; 1,5 billones -con be- de dólares invertidos en su fase de desarrollo) sino especialmente por el desplome de la libra en los mercados de divisas tras el Brexit, que ha encarecido aún más estas armas.

Por su parte, Lockeed Martin Corp., que se encarga de fabricar el fenomonal caza, ha advertido de que en las condiciones de contratación actuales, y tras activar la cadena de producción, ha incurrido en deudas superiores a los 3.000 millones de dólares que deberían cubrirse mediante una renegociación de los contratos.

Por supuesto, el Tío Sam no va a dejar que ninguna de sus fabricantes caiga, y no tendrá problemas en extender la chequera para cubrir cuantos gastos sean necesarios. No en vano, con un presupuesto de 600.000 millones de dólares en gasto militar al año (o lo que es lo mismo: cuatro de cada diez dólares gastados en el mundo; o lo que es lo mismo: el 4% de su PIB) no es financiación lo que necesita el F-35.

Lo que le hace falta a este caza, cuyo primer vuelo tuvo lugar en febrero de 2006, se ponga en servicio de una vez. Pese a más de 10 años de pruebas desde entonces, y pese a que sobre el papel la primera de sus versiones ya está teóricamente lista -en realidad no ha sido desplegada nunca-, lo cierto es que nadie, ni en la Casa Blanca ni en el Pentágono, se atreve a decir cuándo podrán contar la Royal Air Force y la Royal Navy con los primeros F-35B.


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